Tapas
En un principio, las tapas consistían en una pequeña porción de embutido, en su mayoría, y otras delicias para acompañar el vino. Muy pronto, esta costumbre, atestiguada desde el siglo XVIII, se convirtió en una especie de motivo de competencia entre los posaderos de la época. Estaban ansiosos por deleitar a sus clientes con la Tapa recién creada. En un principio de manera gratuita y más tarde también con coste.
TAPEAR
Sin embargo, en la actualidad – con el inexorable transcurso del tiempo – «tapa» posee la acepción original y, al mismo tiempo, se desdobla ampliando su concepto inicial. Casi siempre es el uso el que hace la palabra, y no al revés. Por tanto, y como la vida transcurre a pesar de los ortodoxos y/o puristas, entendemos la tapa como el acto de saborear y disfrutar de diversos manjares en pequeñas cantidades, cada uno preparado ex profeso.
«Ir de tapas»
Tapas y raciones se combinan y se complementan, según la selección, el gusto y el número de comensales.La oferta turística de España hace de las tapas uno de sus baluartes. Si damos un paseo virtual por la mente de turistas de diversas procedencias, es decir, si buscamos en los buscadores de Internet, comprobamos el atractivo de las «tapas españolas», el «bar de tapas» y el «restaurante de tapas». No se equivocan. A la variedad y riqueza de nuestra oferta gastronómica se le suma el acto social y relajante del tapeo.Tapas es casi siempre sinónimo de compartir, socializar o reunirse con amigos, enemigos, familiares o conocidos sin observar, seguir o incluso soportar los protocolos de una mesa con mantel. Las tapas ofrecen posibilidades ilimitadas para la creatividad y la imaginación. Su influencia en nuestra cocina y más allá de nuestras fronteras es enorme. A menudo nos encontramos con que muchas de las recetas de los más afamados chefs españoles e internacionales tienen el formato y las proporciones de una tapa. Sin desdeñar técnicas ni ingredientes culinarios. Sin fronteras muchas veces entre una tradición gastronómica y otra. Sin límites.